domingo, 17 de octubre de 2010

TRABAJO AUTONOMO

UNIDAD 1

SIDA



La posición de la Iglesia frente al SIDA y la discriminación

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"Declaración de los Derechos Fundamentales de la persona que viven con el virus del SIDA"


Aspectos legales: Considerando
  • Que el SIDA, desde el punto de vista de la medicina, es una enfermedad como las otras;

  • Que el SIDA es una epidemia mundial y que es preciso un esfuerzo colectivo mundial para detenerla;

  • Que no existe peligro de contagio del SIDA excepto a través de relaciones sexuales sin precauciones adecuadas, de la transfusión de sangre infectada y de la transmisión de la madre infectada al feto o al bebé;

  • Que desde el punto de vista planetario es la Humanidad la que se encuentra seropositiva, no existiendo una "minoría" de enfermos;

  • Que contra el pánico, los preconceptos y la discriminación, la práctica de la solidaridad es esencial

La posición de la Iglesia frente al SIDA y la discriminación


"La Iglesia debería abrir sus puertas a todos, en forma incondicional, tal como Cristo abrió la puerta a todos, sin tener en cuenta quienes eran o lo que habían hecho. La salvación es dada a todos por gracia, a través de la fe, y no por causa de hechos o comportamientos. Al aceptar a todos, Cristo dio acceso a su perdón y a la nueva vida. Hoy, en su Iglesia, recibimos esta vida nueva por medio de la Palabra y los sacramentos. Al excluir a alguno de esta fuente de vida, la Iglesia se hace culpable de la más grave forma de discriminación que existe.
La difusión del SIDA depende de realidades culturales, sociales y económicas. La Iglesia debería cuestionar seriamente su propio papel en el desarrollo que facilito la difusión de la enfermedad, y desafiar a sus propios miembros y a la sociedad para tomar medidas que eliminen actitudes de discriminación y acciones prevalentes en la sociedad.
Discriminación.
La discriminación tiene muchas facetas:

  • Inadecuado cuidado profesional para las personas que son VIH positivos;
  • Estigmatización y aislamiento de la familia, del contexto social, de la comunidad y de la Iglesia;
  • Perdida del empleo;
  • Violencia fisica y/o psicológica contra personas de orientación homosexual, prostituidos y drogadictos;
  • Restricciones de viajes;
  • Presiones familiares y sociales sobre lo que brindan ayuda para que no cuiden a las personas infectadas con el VIH;
  • Negativa a brindar cuidados sanitarios básicos y seguros de vida o salud;
  • Registros obligatorios;
  • Rechazo a brindar alojamiento;
  • Actitud negativa para brindar acceso a la educación, especialmente a los niños;
  • Análisis obligatorios sin consentimiento; "chivos expiatorios";
  • Exclusión de personas, tales como refugiados y estudiantes procedentes de áreas altamente endémicas.
La discriminación afecta profundamente a las personas. Ella conduce a la perdida de autoestima, a sentimientos de culpa y vergüenza. A menudo las personas con SIDA se apartan por sí mismas de la asistencia que necesitan debido al temor a reacciones negativas de los otros. El aislamiento aumenta el sentimiento de "ser el único con SIDA". Ansiedad, depresión y suicidio pueden ser los resultados.

VIH/SIDA y Deporte

Durante un lapso de dos semanas, a comienzos de 1996, el jugador profesional de basqutboll Magic Johnson volvió a jugar en Los Ángeles Lakers después de una ausencia de más de cuatro años, debido a un test positivo de VIH. Asimismo, el boxeador profesional Tommy Morrison fue diagnosticado VIH positivo antes de competir en un match programado en Las Vegas. Estos hechos ilustran dos aspectos contrastantes del impacto de le epidemia de VIH/SIDA en el mundo del deporte.
El regreso durante tres meses al circuito profesional de Johnson demostró que los individuos VIH positivos pueden tener vidas sanas y activas. Johnson enfatizó que su posterior retiro a mediados de mayo de 1996 no se relacionó con su salud, sino que quería tener la oportunidad en sus propios términos, algo que no pudo hacer en 1992.
En comparación, el test VIH positivo de Morrison reactivó los temores de que un individuo podía infectarse durante una competencia deportiva. Morrison anunció, en primer lugar, que no volvería a boxear, pero el 3 de noviembre de 1996, en Tokio, derrotó a Marcus Rhode en una pelea en la categoría pero pesado. Rohde aseguró, después de la pelea, que nunca había estado preocupado por contraer el VIH en el cuadrilátero.
Mientras estos hechos han llamado la atención acerca de la creciente necesidad de educar a atletas, tanto profesionales como amateurs sobre los riesgos de transmisión del VIH, también aumentó el temor acerca de la transmisión en el campo de juego. Las posibilidades de contraer la infección por VIH en el campo de juego son remotas, salgo en el ring de boxeo, donde los boxeadores suelen tener heridas cortantes y hemorragias en forma conjunta. En un estudio publicado en 1995, investigadores de los Centers for Disease Control and Prevention afirmaron que las posibilidades de contraer el VIH durante una competencia deportiva - salvo el box - superan una en un millón.

Tratamientos



El común denominador de los tratamientos aplicados en la actualidad es la combinación de distintas drogas antiretrovilares, comúnmente llamada "cóctel". Estos "cócteles" reemplazaron a las terapias tradicionales de una sola droga, que sólo se mantienen en el caso de las embarazadas VIH positivas. Las diferentes drogas tienden a impedir la multiplicación del virus y, hacen más lento el proceso de deterioro del sistema inmunitario. El "cóctel" se compone de dos drogas inhibidoras de la transcriptaza reversa (las drogas: AZT, DDI, DDC, 3TC y D4T) y un inhibidor de otras enzimas, las proteasas.
Al inhibir diferentes enzimas, las drogas intervienen en diferentes momentos del proceso de multiplicación del virus, impidiendo que dicho proceso llegue a término. La ventaja de la combinación reside, justamente, en que no se ataca al virus en un solo lugar, sino que se le dan "simultáneos y diferentes golpes". Los inhibidores de la transcriptaza inversa introducen una información genética "equivocada" o "incompleta" que hace imposible la multiplicación del virus y determina su muerte. Los inhibidores de las proteasas actúan en célulasproteínas necesarias para la formación de nuevas partículas virales ya infectadas impidiendo el "ensamblaje" de las
Los estudios de carga viral miden la cantidad de virus en sangre (no los anticuerpos) y no constituyen pruebas eficaces para el diagnóstico de la enfermedad sino que son útiles, en combinación con el recuento (o dosaje) de linfocitos CD4, como indicadores de la evolución de los pacientes. En este momento existen tres métodos reconocidos para estudiar la carga viral (NABSA, BDNA, y PCR).Para comparar los resultados a lo largo del tiempo conviene utilizar siempre el mismo método. Los estudios de dosaje de linfocitos CD4 como los de carga viral, deben realizarse estando el paciente sin ningún proceso infeccioso en curso, no habiendo recibido una vacuna durante el último mes, y en un estado psicológico no alterado, pues estas situaciones alteran sensiblemente el resultado de los análisis.
A partir del momento en que se detecta la infección, lo más importante es averiguar cuál es el estadovalor límite - que se ha fijado actualmente en 500/mm - marca un deterioro inmunológico que hace prever la aparición de las enfermedades oportunistas. inmunológico del paciente a través del recuento de linfocitos CD4 (indicadores de la capacidad de defensas del organismo) y de la cantidad de virus circulante en la sangre (lo que se denomina carga viral). La caída de linfocitos CD4 por debajo de un
El análisis viral sirve entonces como un factor pronóstico que orienta sobre cuál debe ser el tratamiento específico y cuándo comenzarlo. El consenso mayoritario es comenzar el tratamiento cuando los linfocitos CD4 estén por debajo de las 500 células/mm3, y la carga viral entre 5.000 y 10.000 copias/ml, aunque no hayan aparecido aún síntomas menores ( diarreas, fiebre inexplicable, candidiasis, herpes zoster) o las enfermedades oportunistas.
Las razones por las cuales estas drogas no erradican totalmente el virus son de distinto tipo. Para multiplicarse el virus utiliza el sistema reproductivo de las células en que se introduce. Cabe ahora agregar que no todas las células tienen la misma velocidad de reproducción (algunas tardan horas; otras, semanas, y otras, como las neuronas, no se reproducen).Se establece entonces la siguiente cadena:
1) las drogas sólo pueden actuar cuando el virus se está multiplicando;
2) a su vez, el virus sólo puede multiplicarse cuando la célula se está reproduciendo y
3) por lo tanto, las drogas podrán actuar en aquellas células que se estén reproduciendo y les será imposible entrar en aquellas que estén en período de latencia.